Tratamiento de superficie

El tratamiento de superficie es una operación que implica realizar cambios en las propiedades mecánicas/físicas/químicas de la superficie de los materiales tratados. Se pueden distinguir varias aplicaciones: tratamientos termoquímicos y de recubrimiento, pulverización y tratamientos de modificación mecánica en frío (por ejemplo, tratamientos criogénicos), etc.
Para los metales y, en particular, para el acero, se pueden modificar las propiedades de las capas superficiales, como su forma, espesor, rugosidad y fricción, mediante la técnica de tratamientos termoquímicos.

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Las diferentes fases de los procesos termoquímicos

Con independencia de la industria y las piezas metálicas a tratar, un tratamiento termoquímico requiere las siguientes cuatro fases, comunes para todos los procesos termoquímicos:

Depósito de las piezas en el horno, en una zona de introducción a temperatura ambiente.
Aumento de temperatura, en atmósfera neutra con nitrógeno.
Mantenimiento de la temperatura en una atmósfera específica para cada tratamiento termoquímico. Esto es posible gracias al uso de gases (atmósfera enriquecida con átomos de carbono y/o nitrógeno, suministrada por gases como el amoníaco o el acetileno) y elegida en función de los metales a tratar y su volumen.
Disminución de la temperatura (o aumento de temperatura para tratamientos criogénicos) en una atmósfera inerte.

Uso de moléculas en el tratamiento de superficies

La atmósfera gaseosa, en el horno de alta temperatura, permite difundir las partículas y los átomos de carbono o nitrógeno en el sustrato de la pieza, y así generar una capa de recubrimiento funcional por la superficie del material.
Tanto si se trata de acero suave, acero bruto, acero inoxidable o aceros aleados (cromo, zinc, níquel, u otros componentes), el tratamiento de la superficie permitirá editar y enriquecer de la capa superficial de las piezas y sus parámetros, haciéndolas más resistentes contra el desgaste, la oxidación, la corrosión, etc. Las piezas también tendrán un mejor aspecto desde el punto de vista técnico y estético.
Para el aluminio y sus aleaciones, se aplican tratamientos de tipo anodización, realizados por medio de baños químicos y electrolíticos, que pueden ir seguidos de un cambio de color mediante la aplicación de pintura.

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