Normalmente, los insectos mueren si les falta el oxígeno, y lo hacen incluso más rápido al exponerlos al dióxido de carbono, sobre todo a alta presión.
El almacenamiento en atmósfera controlada es un proceso en dos fases: la "fase de purga", donde la atmósfera normal se sustituye por la atmósfera prescrita; y la "fase de mantenimiento", donde la atmósfera prescrita se mantiene durante el periodo de tiempo deseado.
Los sistemas empleados en los tratamientos con atmósferas controladas deben tener un alto grado de estanqueidad del gas para que el proceso sea efectivo y económico. Los pesticidas pueden utilizarse de forma efectiva en combinación con el almacenamiento en atmósfera controlada.