El uso de oxígeno puro puede ayudar en estimular procesos de fermentación aerobia y permite un suministro y control adecuado de la cantidad de oxígeno necesario. El dióxido de carbono se emplea principalmente para ajustes finos de pH y el nitrógeno para regular o eliminar posibles excesos de otros gases disueltos, mediante un efecto de arrastre (“stripping”).