Este proceso, utilizado en más de 150 plantas de todo el mundo, permite aumentar la calidad de la pasta y reducir los costes de producción por reducción de los químicos de blanqueo, como el dióxido de cloro, así como reducir la demanda bioquímica de oxígeno (DBO) y la demanda química de oxígeno (DQO) de los vertidos de blanqueo.